#Internacional
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La alta mandataria clausuró este viernes el evento internacional “Asegurar los derechos de tenencia de la tierra y territorio de los pueblos afrodescendientes en América Latina y el Caribe”, realizado en el Hotel Tequendama en Bogotá.
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Anunció que se espera que al finalizar este año quede totalmente reglamentada la Ley 70 de 1993, sobre los derechos colectivos de las comunidades afrodescendientes.
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Reveló que Colombia planteará ante Naciones Unidas un nuevo decenio afrodescendiente, pero esta vez con una agenda de reparación histórica que aborde los desafíos del colonialismo, la esclavitud y el racismo estructural.
Bogotá, 14 de junio de 2024 (@ViceColombia)
Con un firme llamado a seguir trabajando por la emancipación de ese pensamiento colonial que se les ha impuesto, con el fin de lograr transformar las realidades de exclusión y marginalidad en que se encuentran las comunidades negras, la vicepresidenta y ministra de Igualdad y Equidad, Francia Márquez Mina, clausuró este viernes en Bogotá el evento internacional “Asegurar los derechos de tenencia de la tierra y territorio de los pueblos afrodescendientes en América Latina y el Caribe”, realizado en el Hotel Tequendama.
En su discurso, hizo además importantes anuncios en torno a los avances de la Agenda Colombia-África 2022-2026 y la reglamentación de la Ley 70 de 1993, así como el trabajo que se viene haciendo de cara a la realización de la COP 16 en octubre próximo en Cali y el cierre del Decenio Internacional de los Afrodescendientes de las Naciones Unidas.
“Anhelaba estar aquí porque a nosotros, que somos de pueblo y que llegamos a estas instituciones, nos hace falta retroalimentar nuestro espíritu, nuestro ser y también las ideas de cómo seguir caminando. Aquí estamos en un gobierno progresista, un gobierno de cambio, asumiendo desafíos muy importantes, desafíos estructurales, en medio de tantas violencias raciales, con el corazón bien puesto y con la firmeza de un cambio en favor de la vida, la justicia social y la paz”, manifestó la alta mandataria.
Márquez Mina recalcó que una de sus tareas apunta a afianzar la conexión que ya se inició con el continente africano, al que muchos siguen viendo con una postura colonial y racista, buscando establecer lazos no solo comerciales y políticos sino también culturales. En este sentido, señaló que, tras la apertura de la embajada en Senegal y próximamente en Etiopía, se espera que al finalizar el Gobierno se tengan abierta seis más en otros países africanos, al tiempo que se les ha pedido a estos que dispongan de sus propias sedes diplomáticas en Colombia.
“Queremos tejer con el continente africano (…) mi sueño es ver a mi gente afrodescendiente intercambiando económicamente con la gente de África. Eso no se logra de la noche a la mañana porque hay unas reglas comerciales, pero hay muchas oportunidades. Nosotros pensamos en la relación con el norte y con Europa, pero no pensamos en el Sur Global (…) reconocemos los avances en este Estado racial, pero falta mucho y no porque llegó una vicepresidenta negra se acabó ese Estado racial. Lo sigue siendo y a mí me toca pelear y luchar incluso adentro para poder impulsar lo que necesitamos impulsar para devolverle la dignidad a nuestro pueblo”, expresó.
En esta línea, la vicepresidenta y ministra de Igualdad y Equidad llamó la atención sobre otro de sus objetivos fundamentales: la reglamentación de la Ley 70 de 1993, sobre los derechos colectivos de las comunidades afrodescendientes que, en su concepto, algunos en el país siguen viendo como un obstáculo para el desarrollo y no como una oportunidad para garantizarles a millones de colombianos sus derechos de manera integral.
Si bien se ha avanzado en dos artículos, uno sobre derechos ambientales y otro sobre derechos mineros, y se expidió un decreto sobre saneamiento y ampliación de los territorios de comunidades negras, aún queda camino por recorrer, por lo que les pidió a las comunidades apropiarse de estos nuevos instrumentos y herramientas para darles aplicabilidad.
“La meta es que, al finalizar este año, toda la Ley 70 de 1993 quede plenamente reglamentada, sobre todo en un capítulo que tiene que ver con el desarrollo propio de los pueblos afros y a tener una visión propia de futuro y derecho al desarrollo económico y social, lo mismo que el derecho a la identidad. En esto nos falta mucho, tanto que en el censo de población tuvimos un genocidio estadístico, pues pasamos de más de cinco millones de afrodescendientes en 2005 a entre tres y cuatro millones en 2018. Tenemos que asegurarnos para que el próximo censo nos permita decir en realidad cuántos somos. Algunas organizaciones hablan de entre 10 y 15 millones”, enfatizó.
Para la alta mandataria, si en Colombia, en América Latina y en el Caribe no hay datos claros sobre cuántos de sus pobladores son afrodescendientes, estos seguirán viviendo en condiciones de exclusión y marginalidad. “Son esos territorios de las comunidades negras e indígenas los que no tienen agua potable, saneamiento básico, educación, salud, conectividad a internet. Son sus hijos los que mueren de desnutrición”, dijo.
Y agregó: “Estos son los temas a afrontar como gobierno y sociedad (…) a mí me duelen más los maltratos e insultos de mi propio pueblo. Tenemos que seguir trabajando por la emancipación de ese pensamiento colonial que nos impusieron y tenemos el trabajo de juntarnos como organización. Solos juntos podemos transformar esta realidad. Y no es suficiente con que una mujer negra llegue a ocupar estos espacios, ese no es el fin, ese es el medio, el fin es transformar esas realidades en las que vivimos”.
Seguidamente, Márquez Mina hizo referencia a la cruzada en la que se encuentra el Gobierno colombiano de cara a la COP16, de octubre próximo en Cali. Como lo ha dicho en otros escenarios, en ninguno de los instrumentos sobre medio ambiente, cambio climático y biodiversidad de las Naciones Unidas está incluida la población afrodescendiente, la cual, para el organismo internacional, está encasillada dentro del mismo rango de los pueblos indígenas y “otras comunidades locales”.
“Sabemos en América Latina que cuando hablamos de comunidades locales, nosotros no nos identificamos, eso no nos dice nada (…) desde la Vicepresidencia, junto a la Cancillería y el Ministerio del Medio Ambiente, estamos en la tarea de impulsar que dentro del convenio de diversidad biológica se inserte la categoría de pueblos afrodescendientes (…) esto sería un paso enorme, porque los territorios que ocupamos tendríamos herramientas para establecer planes en torno a cómo vamos a proteger los saberes y la biodiversidad. No aceptar eso significa dejar una parte grande del globo terráqueo por fuera”, explicó.
Colombia ya ha pedido el apoyo de países como Brasil para que le acompañen en esta solicitud, al igual que a la Unión Africana, la CELAC y CARICOM. “Ahí será fundamental la incidencia y el apoyo de los movimientos sociales de América Latina y del Caribe para poder lograr que ese sea uno de los acuerdos que salga de la COP16. Hemos avanzado en que el tema vaya a estar en discusión. Nos toca trabajar duro durante estos meses en lograr un consenso”, indicó.
Otro de las metas de cara a la COP16, según reveló la vicepresidenta y minigualdad, es lograr que, además de los foros de los pueblos indígenas y las mujeres, se adelante también un foro de los pueblos afrodescendientes. “Tenemos que construir y necesitamos manos y gente con liderazgo y comprometida, de todos los países de América Latina y el Caribe”, señaló. Y destacó igualmente el reconocimiento de la Región Pacífico, a partir de una convergencia regional, para trabajar unidos en la implementación de una estrategia de protección de la biodiversidad.
Por último, la alta mandataria habló del cierre del decenio Internacional de los Afrodescendientes, proclamado mediante una resolución de las Naciones Unidas a partir del 1 de enero de 2015 y que termina el 31 de diciembre de este año. La alta mandataria reconoció que hoy existe frustración, pues con las agendas de desarrollo, justicia e inclusión no pasó nada y no fueron asumidas por los países, que se dedicaron a hacer foros charlas y desfiles, sin lograr avances, mientras la gente sigue viviendo en condiciones de exclusión y marginalidad.
Márquez Mina reveló que, en una reciente reunión con el representante de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, le propuso que, en el cierre del Decenio de los Afrodescendientes, que se llevará a cabo en el marco de la Asamblea General en Nueva York en septiembre, se haga un evento paralelo para evaluar lo que se hizo en estos diez años, no solo con participación de los estados sino también de la sociedad civil.
“Tenemos que definir qué es lo que sigue. La propuesta de Colombia es que se plantee un nuevo decenio, pero esta vez con una agenda de reparación histórica que aborde los desafíos del colonialismo, la esclavitud y el racismo estructural. Desde ya los quiero convocar en la organización de la agenda. Vamos juntos por decisión que nos permita avanzar. Hasta que no abordemos esos temas, nuestro pueblo no va a vivir en dignidad”, concluyó.