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Para la mandataria colombiana, discutir la defensa de un río o la defensa de la Amazonia es hoy una necesidad de los Derechos Humanos.
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La también Ministra de Igualdad y Equidad presidió el panel “El futuro de los Derechos Humanos, de la Paz y de la Seguridad”, en el que enfatizó que la lucha contra las drogas que se ha llegado a justificar desde la perspectiva de los Derechos Humanos es una guerra desigual que castiga los eslabones más débiles, mientras permite que los eslabones fuertes sigan en impunidad.
Ginebra, Suiza, 12 de diciembre de 2023 (@ViceColombia)
En su discurso ante las Naciones Unidas, en el marco del Evento de Alto Nivel de Conmemoración de los 75 Años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, realizado este martes en Ginebra (Suiza), la Vicepresidenta y Ministra de Igualdad y Equidad, Francia Márquez Mina, fijó una postura crítica frente a la visión que se ha impuesto en el mundo, no solo en cuanto a los mismos Derechos Humanos sino también en referencia al concepto de seguridad, e hizo un llamado a unir esfuerzos y priorizar la defensa de la vida.
“Creo que los Derechos Humanos se pensaron desde Europa, con una visión muy distinta a la del resto del mundo (...) se ha impuesto una visión que no nos dice mucho a quienes vivimos en un país como Colombia, donde, por ejemplo, se nos dijo que para garantizar esos Derechos Humanos había que hacer una política de guerra contra las drogas y esa política solo ha servido para dejar muertos y desplazamiento forzado. Una política contra las drogas que ha tenido como base la corrupción, porque uno ve que a quien se destruye es al campesino, al indígena, al afrodescendiente y que a quienes encarcelan es a las mujeres, pero yo nunca he visto que se incaute a nivel internacional un banco que lava los dólares del narcotráfico”, manifestó.
En cuanto al tema de la seguridad, la mandataria señaló que la militarización de los territorios ha servido para que la industria armamentista se fortalezca “a costa de los muertos y de la sangre que en nuestras naciones se derrama. Una visión de seguridad que nos enseñó y nos sembró la visión del enemigo interno y que ha hecho que entre colombianos y colombianas nos matemos”.
Para la Vicepresidenta y Ministra de Igualdad y Equidad es momento de hacer un cuestionamiento profundo de ese enfoque que se le ha dado a los Derechos Humanos y a la seguridad, pues hay naciones que bajo esa excusa invaden territorios, imponen sanciones y se convierten en jueces. “Creo que no hay la verdadera legitimidad que requiere el mundo, donde todos los países deben asumir por igual la responsabilidad y la necesidad de garantizar los Derechos Humanos en su integridad”, dijo.
En este sentido, aseguró que la sociedad civil, de cualquier país, no tiene por qué pagar las consecuencias de las acciones terroristas, haciendo referencia a lo que hoy sucede en Palestina, y advirtió que lo que vive el planeta es una “policrisis”, es decir, varias crisis a la vez, como la del cambio climático, que para Colombia ha significado asesinatos de líderes defensores de los ríos, los bosques, los mares o la Amazonia, mientras otros países miembros de las Naciones Unidas que tienen responsabilidad sobre la emisión de gases de efecto invernadero no la asumen y, por el contrario, la están evadiendo.
“(...) Entonces, defender la vida, defender la naturaleza en mi país les cuesta la vida a muchas personas, mientras que en otras naciones se siguen teniendo privilegios sobre la barbarie de los pueblos. Es necesaria una revisión de los Derechos Humanos que no tenga solo el enfoque eurocentrista, sino qué coloque otros enfoques necesarios que nos permitan mirar de manera más amplia cómo es que entre todos, construyendo desde nuestras diferencias, vamos a lograr que la vida sea posible en el planeta, y cuando hablo de la vida, no solo es de la vida humana, es en su sentido amplio: discutir la defensa de un río, la defensa de la Amazonia, es hoy una necesidad de los Derechos Humanos”, enfatizó.
En sus palabras de cierre, Márquez Mina recalcó que Colombia ha venido desarrollando procesos de paz y ha adquirido una experiencia valiosa en ellos, y aunque reconoció que aún persisten conflictos internos por resolver, expresó la voluntad y el compromiso para ayudar a gestar la paz entre Israel y Palestina y entre otras naciones, como lo ha dicho el Presidente Gustavo Petro. “Porque avanzar en la paz en el mundo es garantizar un mejor estar para las próximas generaciones”, concluyó.
Presidiendo el Panel sobre paz y seguridad
Concluida la ceremonia inaugural de Conmemoración de los 75 Años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Vicepresidenta y Ministra de Igualdad y Equidad, Francia Márquez Mina, tuvo la oportunidad de presidir el panel “El futuro de los Derechos Humanos, de la paz y de la seguridad”, que contó con la participación de los presidentes de Polonia y Camerún, los ministros de Relaciones Exteriores de Egipto e Indonesia, el ministro de la Justicia de Haití y el director del Comité para Abolir Armas Nucleares, entre otros.
Allí recalcó que su perspectiva está con la defensa de la vida. “Desde la Vicepresidencia de Colombia he promovido acciones en pro de la seguridad humana y el cuidado de la vida. No soy una experta en paz, que muchos entienden cómo pacificación, y desde mi juventud, como lideresa ambiental, he abogado por el liderazgo y la resolución de los conflictos (...) mis abuelas, mi mamá, me enseñaron a cuidar la vida y mi comunidad me inculcó la necesidad de resistir a la violencia, tanto armada como estructural, porque la resistencia era la única posibilidad de sobrevivencia”, refirió.
Sin embargo, reconoció que, aun siendo gobierno, no basta con querer proteger la vida o querer garantizar los Derechos Humanos a la ciudadanía, pues la violencia tiene causas estructurales profundas y tiene raíces en el proceso de colonización con la esclavitud, en la institución de la desigualdad y en el modelo de desarrollo económico que se ha impuesto y que defiende unos privilegios y un modo de acumulación de la riqueza sobre la desposesión de los cuerpos y los territorios. En este punto, hizo referencia a la industrialización y el extractivismo que se ha promovido y que ha llegado para financiar esa violencia.
“(...) Defender los Derechos Humanos sin pensar en la justicia climática y en un nuevo modo de relacionamiento con la naturaleza es un sin sentido. Por otro lado, la lucha contra las drogas que se ha llegado a justificar desde la perspectiva de los Derechos Humanos es una guerra desigual que castiga los eslabones más débiles, mientras permite que los eslabones fuertes sigan en impunidad. La ilegalidad alimenta el narcotráfico y el narcotráfico es el combustible de la violencia que azota a mi país y a toda la región de América Latina y este enfoque global, está perspectiva colonial de los Derechos Humanos, impide que avancemos en la defensa de la vida”, aseguró.
Por último, llamó también la atención sobre la industria armamentista, su papel en la promoción de la violencia y su influencia económica como obstáculo para profundizar la defensa de los Derechos Humanos en el mundo, insistiendo en la necesidad de priorizar la vida.
“Tenemos el reto de pensar la paz y la seguridad del futuro, porque hoy en día el paradigma de los Derechos Humanos resulta insuficiente. No somos capaces como estados miembros de detener el genocidio, de detener el desplazamiento forzado, no somos capaces de detener el hambre (...) quisiera invitar a quienes me acompañan en este panel a repensar los Derechos Humanos y poner la vida en el centro de todos y todas, donde la humanidad y sobre todo el planeta tenga posibilidad de existencia”, remarcó.