Guardianas del agua y de la tierra fértil, defensoras del territorio y de la biósfera, cuidadoras y tejedoras de la vida y la paz, bastiones de la economía; las mujeres sostienen el mundo. Para que Colombia sea una Potencia Mundial de la Vida, el cambio será con las mujeres; junto a ellas emprenderemos las transformaciones para saldar la deuda en términos de representación política, igualdad y autonomía económica frente al hombre, el derecho a una vida libre de violencias, a decidir sobre sus cuerpos y a realizar un proyecto de vida próspero y autónomo: ¡el cambio es con las mujeres!
Participación política y representación: las mujeres en el centro de la política de la vida. Transitar a una democracia profunda requerirá la representación real de la mitad de la población colombiana. Las mujeres ocuparán, al menos, el 50% de todos los cargos públicos en todos los niveles y las ramas del poder, que permitan potenciar la toma de decisiones en favor del cambio. Este cambio será con las mujeres y con todas sus formas de organización colectiva, nutriéndose de las perspectivas y enfoques feministas y anti patriarcales. El sistema educativo cerrará las brechas de género y fomentará capacidades de liderazgo de las mujeres a lo largo de todas las etapas de la vida, combatiendo estereotipos que reproducen la desigualdad. Garantizaremos espacios seguros y libres de violencia para la participación política de las mujeres. Toda la institucionalidad y los programas de política estarán orientados por una perspectiva de género de carácter interseccional, que reconozca a las mujeres en su diversidad étnica, cultural, sexual y de género, ciclo vital y nivel de ingresos. Las mujeres tendrán prioridad y especial protección para acceder a las políticas de empleo, vivienda, tierra, salud y educación.
Hacia una sociedad cuidadora y con poder económico para las mujeres: Un Sistema Nacional de Cuidado para que la vida digna florezca: Crearemos un Sistema Nacional de Cuidados que reconozca y recompense, reduzca y redistribuya el trabajo de cuidado feminizado a través de instrumentos de política pública que integren esfuerzos del Estado, el sector privado y la comunidad en articulación con la economía popular. Este partirá de los territorios, las experiencias públicas y comunitarias ya adelantadas y las vivencias diversas de las mujeres. Será un sistema integral que impactará positivamente en la construcción de una sociedad y cultura del cuidado con paridad, la autonomía y la libertad de las mujeres, el bienestar y el ahorro de los hogares, la calidad de los cuidados ofrecidos, el trabajo digno para quienes realizan trabajos del cuidado remunerado, y la condición humana de la sociedad en su conjunto. Estará orientado por los siguientes principios: Reconocer y recompensar: Valoración social y económica, ingreso básico, empleo garantizado y derecho a la pensión: El tiempo de trabajo que las mujeres, mayoritariamente, dedican al cuidado de otros, será incluido en las cuentas nacionales para medir el aporte que realizan a la economía colombiana. Su aporte al funcionamiento de la sociedad será reconocido como trabajo que produce valor social y económico, y será recompensado en los diferentes programas y políticas públicas en el gobierno del cambio. El empleo decente será garantizado, así como la igualdad salarial a igual trabajo frente a los hombres. Las mujeres que han dedicado su vida al trabajo de cuidados en el hogar serán integradas al sistema pensional para garantizarle su derecho. Reducir: menos tiempo de trabajo de cuidados, mejor calidad en los cuidados. Este sistema permitirá la reducción del tiempo que la sociedad colombiana, principalmente las mujeres en los hogares dedican a la provisión de los cuidados para la pervivencia. El Estado, el sector privado y las comunidades proveerán servicios eficientes y de la más alta calidad en la atención de la población durante todas las etapas de la vida. Redistribuir: Avanzaremos hacia la redistribución de la carga de las responsabilidades de los cuidados, entre las comunidades, las familias, el Estado, los hombres y mujeres. Disminuiremos sustancialmente las 8 horas diarias que la mujer dedica al trabajo de cuidados no remunerado, que serán compensadas por otros actores del sistema, frente a las 3 que dedican los hombres. Así, se evitarán las dobles jornadas de trabajo dentro y fuera del hogar y las mujeres tendrán más tiempo y energía vital disponible para su desarrollo autónomo. Democratización de la riqueza para las mujeres: Como pilar de la transformación económica, las mujeres accederán prioritariamente a la distribución y formalización de la propiedad de la tierra, a la educación superior pública y gratuita y al crédito. El avance hacia la justicia tributaria implicará cerrar las brechas de género. Empoderamiento de las mujeres cabeza de familia. Finalmente, para proteger y empoderar a las mujeres cabeza de familia, garantizaremos un ingreso mínimo básico por encima de la línea de pobreza. No habrá prescripción en la persecución de los bienes del hombre irresponsable con el cuidado de sus hijos. No importa la edad, el patrimonio del hombre irresponsable indemnizará a los hijos abandonados y a las madres.
Hacia una vida libre de violencias contra las mujeres y por la garantía efectiva de sus derechos sexuales y reproductivos. Nuestro gobierno desplegará un plan de choque para el desarrollo y la prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres, construyendo una cultura de igualdad respeto a los derechos humanos. Desarrollaremos un plan de acción integral contra el feminicidio y todas las violencias, creando un sistema nacional de alertas tempranas e instancias especializadas y capacitando funcionarios públicos del sistema judicial, la fuerza pública, y de los sistemas nacionales de salud y educación, entre otros, para facilitar la denuncia, la investigación, reducir la impunidad y la revictimización, protegiendo los derechos de las víctimas. Desarrollaremos campañas nacionales para la transformación de estereotipos de género, prohibiendo contenidos que atenten contra la dignidad de las mujeres y las niñas. Avanzaremos en la eliminación de la trata de personas y la explotación sexual de mujeres, niñas, niños y adolescentes, y en la garantía de derechos de las personas en ejercicio de la prostitución. Realizaremos esfuerzos transversales para mejorar el goce de los derechos sexuales y reproductivos, con énfasis en el sistema educativo, el sistema de salud para el acceso efectivo y diferencial a métodos anticonceptivos y procedimientos claves para una higiene menstrual digna y para la garantía del derecho a decidir. Adelantaremos un plan nacional de prevención integral del embarazo adolescente y acataremos la decisión de la Corte Constitucional de despenalizar el aborto.
Mujeres, territorio y paz: Para que podamos transitar por fin hacia una era de paz, Colombia debe brindar verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para la mujer y las diversidades de género y sexuales en el marco del conflicto social y armado. Implementaremos medidas afirmativas que respondan al impacto desproporcionado del que han sido víctimas, garantizando la aplicación efectiva del enfoque diferencial y de género, tanto en el Acuerdo Final de paz, como en los procesos de diálogo político y judicial para el desmantelamiento pacífico del multicrimen en manos de organizaciones armadas. Las mujeres, como mayoría de la población empobrecida se ven afectadas diferencialmente por los efectos de la crisis ambiental el cambio climático. Los programas de protección ambiental y empleo garantizado reconocerán a las mujeres como agentes fundamentales en la transformación del campo y el mundo rural, así como el derecho a la ciudad en la vía de mitigación y adaptación al cambio climático y la protección de la biodiversidad.
Ministerio de la Igualdad: Con el fin de articular todas las políticas para el empoderamiento integral de las mujeres, las diversidades de género y orientación sexual, generacionales, étnicas y regionales en Colombia, crearemos el Ministerio de la Igualdad. Esto implica la generación y la articulación de las políticas públicas y los recursos para asegurar la eliminación de las desigualdades económicas, políticas y sociales entre hombres y mujeres en todas sus diversidades, entre los grupos étnicos (campesinado, pueblos afrodescendientes, negros, raizales, palenqueros, indígenas y rom) y el conjunto de la nación, entre las generaciones (infancia, jóvenes, adultos, adultos mayores); la erradicación de todas las violencias contra las mujeres, la población LGBTIQ+ , la infancia, juventud y los adultos mayores; y la transversalización de las políticas de igualdad con enfoque interseccional en todo el accionar estatal. En este marco, garantizaremos condiciones de igualdad a todas las poblaciones en situación y condición de vulneración de derechos: las víctimas, las personas con discapacidad, los habitantes de calle, entre otros. Este ministerio liderará el Sistema Nacional de Cuidado.