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Opinion

Análisis | ¿Por qué el viaje de Francia Márquez a África puede ser vital para Colombia?

El anuncio de que la vicepresidenta Francia Márquez viajaría a África causó revuelo en la opinión pública. No obstante, las implicaciones de esta visita pueden trascender más allá de este Gobierno, sentando las bases para solidificar el futuro económico

Foto: Foto: Forbes Colombia

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#Internacional

El anuncio de que la vicepresidenta Francia Márquez viajaría a África causó revuelo en la opinión pública. No obstante, las implicaciones de esta visita pueden trascender más allá de este Gobierno, sentando las bases para solidificar el futuro de la economía nacional en las próximas décadas.

Dentro de dos semanas, la vicepresidenta Francia Márquez dará inicio a una gira internacional por África, donde visitará Sudáfrica, Kenia y Etiopía. Esta visita, que durará alrededor de ocho días, está contemplada en funciones que el presidente Gustavo Petro delegó en ella para afianzar las relaciones diplomáticas, económicas, políticas y culturales con la población afrodescendiente e indígena.

Para entender la pertinencia de este viaje, hay que remontarse a finales de febrero, tiempo en que la economista nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), visitó Colombia en una agenda de trabajo con el Gobierno para encontrar alternativas de fortalecimiento en la economía, pero, sobre todo, por una visión de relación con África.

“Me decía: no entiendo por qué ustedes no tienen embajada con Nigeria, cuando Nigeria tiene 250 millones de habitantes. Si no hay potencialidad de desarrollo, si quieres solo colocarlo en el plano económico en un país que tiene esa cantidad de habitantes, ¿en qué estamos pensando?”, explicó Márquez en diálogo con Forbes Colombia.

Cabe recordar la importancia que tiene Nigeria en campos como los activos digitales, y es que, a la fecha, son el único país del continente que ha realizado pruebas piloto para la expansión de las monedas digitales en África, teniendo en cuentala escasez de servicios bancarios y la inestabilidad del mercado local de criptoactivos. En este mismo campo, Colombia apenas está en fase de investigación.

Además de ello, Colombia necesita de África en temas bandera del gobierno como el tema migratorio. El analista internacional de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir, explicó que hoy tenemos personas que vienen de África subsahariana y llegan a Colombia por cualquier costa, razón por la que este tema se ha convertido en prioridad común entre ambos actores.

Otros temas como el narcotráfico, la transición ecológica y la seguridad alimentaria se han vuelto relevantes, pues “Colombia sola no los puede reivindicar. Etiopia es relevante, así como el liderazgo de Sudáfrica y Kenia”, detalló.

Lo cierto es que Etiopia y Kenia se han convertido recientemente en la punta de lanza del continente africano para varios temas. En el primer caso, hay que destacar su rol como potencia alimentaria y agrícola, mientras que el segundo se ha convertido en un país de clase mundial en lo que respecta a las energías renovables.

El director ejecutivo de Desarrollo Empresarial del World Trade Center Association (WTCA), Robin van Puyenbrock, explicó a Forbes que Etiopía introdujo hace cinco años, con la ayuda de algunos de los Bancos de Desarrollo más importantes del mundo, un nuevo tipo de resistencia al calor para el cultivo de trigo, y se las arregló para ampliar la producción de la tierra, que ahora es capaz de alcanzar unas 5.000 hectáreas. En este punto, ya son exportadores netos de trigo.

Con respecto a Kenia, casi toda la energía se produce en el país surge a partir de la energía geotérmica. “Si nos fijamos en eso, entonces la infraestructura física puede entrar en su lugar para construir interconectores entre los países. Cuando los países se convierten en un exportador de buenos productos, pueden convertirse en un exportador de energía de las energías renovables. Estas cosas sólo pueden actualizarse si las infraestructuras físicas están en su lugar para hacer que la formación suceda”, agregó.

A juicio del experto, todos estos aspectos no están presentes en el imaginario colectivo debido a que hay una enorme falta de conocimiento sobre África, así como “una enorme excepción mítica sobre lo que África tiene y cuáles son sus deberes”. Esa es una de las razones por las que la WTCA celebró su asamblea general de este año en la ciudad de Accra, ubicada al norte de Ghana, para reunir a cientos de empresarios y más de 300 delegados de la organización en casi 100 países. El encuentro, que concluye mañana, reunió a todas estas personas para que “vean por sí mismas, se reúnan con empresas africanas, y básicamente descubran el continente”.

Todo esto se da en un contexto con dos elementos clave: el primero apunta a una regionalización del comercio que ocurre en África, lo que significa que los países del continente están mirándose el uno al otro con más atención para este tema; un segundo componente es que hay un proceso de industrialización que busca impulsar productos de cosecha propia que se están desarrollando actualmente, en lugar de importar estrictamente productos terminados.

¿Por qué ocurre esto? Por un lado, África salió de una especie de choque relacionado con la atención de la salud durante la pandemia de Covid-19, pues no contó con vacunas disponibles durante mucho tiempo, sumándole la falta de capacidad para producción doméstica que pudiera cumplir con los servicios básicos.

Al mismo tiempo, los conflictos bélicos como la invasión rusa a Ucrania provocaron la interrupción del suministro de alimentos. Hay casos en los que, por ejemplo, los bloqueos en el Mar Negro resultaban en 30 millones de toneladas métricas de alimentos que no podían llegar a los consumidores africanos.

Otro elemento apunta al marco institucional para aumentar el comercio dentro de África y facilitar el comercio internacional con el continente. Esto mediante la creación de la zona de libre comercio africana, iniciativa que “trata de la culminación política de la creación de la infraestructura de gobernanza necesaria para hacer posible un mercado abierto para la libre circulación de bienes y personas”.

“Si nos fijamos en la demografía pura, hay 1.400 millones de personas en África y se espera que la población se duplique para 2050. Se espera que el 80% del crecimiento se produzca en zonas urbanas, lo que significa que las ciudades van a seguir creciendo y creciendo. Además, el 77% de la población actual tiene menos de 35 años. Es una población muy joven”, dijo van Puyenbrock.

Con esto en mente, la vicepresidenta recalcó que “África es un continente con un potencial enorme de desarrollo para el mundo. Si no fuese así, los europeos, los chinos y los estadounidenses no estaría mirando al continente (…) Yo creo que establecer una relación horizontal donde nos vemos como aliados para fortalecernos mutuamente, qué es lo que me ha planteado yo, creo que es una posibilidad enorme”.

Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz, sostuvo que esta es la ocasión ideal para que Colombia defina una estrategia exportadora de cara al continente africano. Ya hay un grupo importante de más de 200 empresas colombianas que están vendiendo sus productos en países africanos con muy buenos resultados, pero creo que son iniciativas individuales.

Durante 2022, las ventas de Colombia a África sumaron US$1.305 millones, un incremento de 158% frente a 2021, de acuerdo con cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Los principales países compradores de bienes colombianos fueron Costa de Marfil, Egipto, Marruecos, Sudáfrica, Gabón, Nigeria, Libia, Senegal, Angola y República del Congo.

Los bienes que lideraron esas ventas fueron petróleo, animales vivos bovinos y carbón, que representaron 89% del total de las exportaciones a este continente. En tanto que el arranque del 2023 no ha sido tan positivo, al registrar una caída de 71%, entre enero y febrero, con US$21,8 millones, lo cual se explica por la disminución de exportaciones de animales vivos bovinos.

“Como país, deberíamos tener una estrategia, y la visita de la vicepresidenta a ese continente es la ocasión propicia para que Colombia defina esa estrategia (…) Si bien la hoja de ruta de este Gobierno es reforzar los lazos comerciales a nivel intrarregional, África es un destino donde podemos competir con otros orígenes y donde Colombia puede ofrecer bienes en los cuales algunos países no son tan fuertes”, agregó el presidente de Analdex.

Si nos alejamos de los temas netamente económicos, la visita de Francia Márquez a África también abre la puerta para retomar relaciones que llevan casi 25 años abandonadas. A juicio de Jaramillo, esto no solo es positivo sino necesario porque ha sido una de las promesas de gobiernos de izquierda en Latinoamérica de abrir regiones en otros frentes del mundo. A manera de ejemplo, destacó la voluntad de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Gabriel Boric en Chile y AMLO en México.

“Los gobiernos conservadores se han alineado en exceso con Europa y EE.UU. y abandonaron el sur global. Esta es una promesa de campaña que debe cumplirse aprovechando la interlocución natural de Francia Márquez con África. Ha estado en Cuba reunida con embajadores africanos y es impresionante la capacidad de convocatoria que tiene, entonces Colombia está aprovechando eso, así como la presencia de Luis Gilberto Murillo en EE.UU.”, explicó el analista internacional.

A esto hay que sumarle las relaciones intermitentes de nuestro país con África. Y es que la cercanía más importante y significativa con este continente arrancó a comienzos de los 90 durante los gobiernos de César Gaviria y Ernesto Samper. Con el primero, Colombia consigue la presidencia del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), grupo en el que la nación logró incorporarse en los 80, durante el periodo de Belisario Betancur en la Casa de Nariño.

Posteriormente, Ernesto Samper repite presidencia en los NOAL con un valor agregado, y es que posicionó a Colombia como sede del encuentro entre los miembros de NOAL en octubre de 1995, año en que llegan muchos presidentes africanos a Colombia por primera vez, incluido el controvertido dictador de Libia, Muamar el-Gaddafi. Al mismo tiempo, Samper fue el primer presidente que visitó Sudáfrica de manera oficial.

Este fue el último episodio destacable de las relaciones de Colombia con África, pues la interlocución se reduce en el gobierno de Andrés Pastrana, mientras que en el de Álvaro Uribe se lleva a cabo el cierre de embajadas, que afectó la relación con el norte de África y África subsahariana. Con Juan Manuel Santos e Iván Duque se mantienen relaciones cordiales que no se han logrado coordinar por intermitencia.

Sin duda, Colombia y los países del continente africano podrían aprender mucho entre ellos. Aunque se enfrentan a retos similares de arriba hacia abajo, se trata de hacer frente a sus propias características específicas y desafíos. Aquí es donde los expertos recomiendan proporcionar redes de negocios interconectadas para pequeñas y medianas empresas, así como cambiar la percepción de sólo mirar los hechos en las oportunidades de la demografía por sí sola, sino tener en cuenta que ahora existe la voluntad e infraestructura política para hacer que realmente haya más comercio dentro de África.